El suelo de casa es una de las zonas más expuestas a desgaste y a la suciedad que hay en nuestro hogar. De ahí que no sea extraño que la lechada acabe sucia, pasando de su color blanco o lechoso, a uno grisáceo e incluso negruzco.
¿Queréis averiguar cómo limpiar la lechada sucia del suelo de vuestro hogar o negocio? No os preocupéis, a continuación, Serlingo os deja algunos de los métodos más socorridos para dejar esta zona del suelo lo más limpia y blanca posible.
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¿Qué es la lechada del suelo?
La lechada está presente en muchos suelos y paredes de baldosa o alicatado. Consiste en una fina capa blanca formada de yeso, cal o cemento, con la que se rellenan las junturas de las baldosas.
En otras palabras: la lechada es esa masa fina con la que se rellenan los huecos existentes entre baldosas, adoquines o cualquier otro elemento que se utilice para cubrir el suelo o algún tipo de pared.
Los materiales que la forman le dan permeabilidad y porosidad. De esta forma, la lechada es una de las zonas más delicadas del suelo y de las paredes. ¿Por qué? Sencillo: al ser porosa, esta zona puede absorber cualquier tipo de líquido y suciedad, quedando fijadas de forma también muy sencilla.
¿Cómo limpiar la lechada sucia?
Para limpiar la lechada sucia, existen métodos de todo tipo. Serlingo os propone los más socorridos y accesibles. Hay que pensar que estos métodos no sirven para eliminar los restos de cemento tras la aplicación de la mezcla de lechada. Se recomiendan para quitar la suciedad acumulada en la lechada ya puesta y asentada.
- Bicarbonato con agua: el primer paso es hacer una masilla con bicarbonato y agua, que quede espesa. Las medidas justas son tres partes de bicarbonato por una de líquido. Esta mezcla hay que aplicarla por las junturas de lechada sucia y dejarla actuar durante unos 10 minutos. Para retirarla, es suficiente con pasar un paño húmedo y finalizar con la fregona. Si se quieren evitar irritaciones en la piel, es mejor manipular la mezcla con guantes.
- Bicarbonato con vinagre de limpieza: para este método, lo mejor es utilizar un vaporizador con el que esparcir el vinagre sobre el bicarbonato. Antes de esto, se debe extender el bicarbonato seco por las junturas, de forma que queden bien cubiertas. Una vez tenemos listo esto, se vierte el vinagre con el vaporizador y se deja que la mezcla burbujee durante unos cinco/diez minutos. Para quitarlo, se puede utilizar la fregona con agua templada.
- Vaporeta: lo bueno de este método es que es el más sencillo y práctico, pues únicamente se necesita la vaporeta y el agua de su interior. Hay que calentar la máquina y después, proyectar la manguera en las junturas de lechada. Se debe ir mirando que la suciedad vaya saliendo. Para acabar, se puede pasar una bayeta o una fregona con amoníaco, o una mopa.
Si estamos ante un caso de mayor envergadura, cuya extensión en mayor o cuya suciedad acumulada no hay manera de quitarla, lo mejor es llamar a un profesional. Si este es su caso, Serlingo pone a su disposición un gran equipo de profesionales que trabajan con lo último en tecnología de limpiezas.
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