Las zonas comunes son todos aquellos espacios que tienen un uso y un tránsito compartido por muchas personas, ya sea en edificios de oficinas, hoteles o comunidades de vecinos. Siendo los lugares más habituales de limpieza las escaleras, los portales, los pasillos, las azoteas, los patios, los contadores, las salas de calderas, las piscinas, los parques de comunidades, los garajes, las pistas deportivas, las rampas de acceso y cualquier otro lugar por el que habitualmente pasan muchas personas a lo largo del día.
Así pues, la limpieza en zonas comunes debe llevarse a cabo con cierta periodicidad debido a su frecuencia de uso, a la cantidad de suciedad que acumulan y al variado perfil de usuarios que pasan por ellas cada día. Pero además, para lograr buenos resultados de limpieza, es fundamental que se establezca un horario que, por lo general, suele ser aquel en el que menos personas pasan.
Por lo general, las horas más tempranas de la mañana son los mejores momentos para realizar la limpieza de las zonas comunes, especialmente antes de las siete y media de la mañana, ya que después es cuando empieza el trasiego en las escaleras, ascensores y portales. En cambio, para limpiar otras zonas comunes como las azoteas o patios, podemos aprovechar otros horarios.
Por otro lado, es importante que la empresa y los profesionales que se ocupen de la limpieza de las zonas comunes conozcan perfectamente cuáles son las superficies y espacios de los que deben encargarse y cuáles son las características propias de cada zona para valorar la cantidad de personal de limpieza que será necesario, el tiempo que se deberá invertir en cada labor, el tipo de productos, herramientas y maquinaria que se requieren, y la periodicidad más adecuada.
Pero también hay que tener en cuenta que todas las zonas no se ensucian con la misma velocidad ni de la misma forma, por lo que es clave fijar un planning de tareas. Y es que de poco sirve el trabajo de limpieza para mantener limpios los portales y las escaleras si los buzones están llenos de polvo, los cristales llenos de huellas y los pasamanos pegajosos. Obviamente, dependerá mucho del tipo de personas que pasen por las zonas comunes cada día, ya que normalmente ensucian más los niños que los adultos.
Como puedes ver, en la limpieza de zonas comunes no puede dejarse nada al azar, donde también se encuadran los materiales y herramientas que deben usarse. En función del tamaño de las zonas comunes, deberá determinarse qué es lo que se necesitará en cada sesión: trapos, bayetas, amoniaco, productos fregasuelos, lejía, cera, herramientas para limpiar los cristales, etc. En algunos hoteles, empresas y comunidades de vecinos puede que incluso sea necesario hacer uso de maquinaria de limpieza especial, como aspirador industrial, barredora fregadora o hidrolimpiadora para terminar antes los trabajos de limpieza.