La limpieza de cristales en empresas y comunidades de vecinos
Cuando hablamos de limpieza de cristales en altura, lo primero que viene a nuestra mente es la imagen de los operarios con casco y arnés colgados de un edificio de muchas plantas. En los últimos años, las tendencias en arquitectura han ido dando paso a modernos edificios llenos de cristales o ventanas cuyo objetivo es aprovechar al máximo la luz del sol. El problema es que para mantenerlos limpios y evitar los efectos perjudiciales del clima y la polución, es necesario contratar una empresa especializada en la limpieza de cristales en altura.
Un trabajo bastante complejo debido a las dificultades de acceso, por lo que siempre debe ser llevado a cabo por empresas especializadas como Serlingo, que cuenten con profesionales con los conocimientos y la experiencia necesaria para hacerlo de manera eficaz. Y es que los trabajadores que se dedican a la limpieza de cristales en altura deben saber escoger bien los productos y utensilios en función del tipo de superficie. Además, deben saber usar las grúas o góndolas, y los equipos de protección y sujeción necesarios para llevarla a cabo.
¿Cómo se realiza la limpieza de cristales en altura?
Las técnicas que se emplean dependen mucho de las características del propio edificio y del sistema disponible. Cuando la altura no es muy grande, lo normal es que se recurra a las plataformas, pértigas, escaleras y plumas. El método que se usa es el del agua descalcificada y osmotizada, que actúa por contacto, por lo que no requiere de presión ni de aditivos químicos para que el sistema de limpieza sea eficiente. Además, presenta la particularidad de que se evapora sin dejar rastro, por lo que no se requiere secado.
Además, para llegar a las zonas más altas, se usan pértigas de fibra de carbono para evitar el uso de elevadoras, grúas, andamios o cualquier tipo de anclaje, lo que obviamente entraña un mayor riesgo para el operario y una especialización mayor que conlleva un alto coste. Este tipo de pértigas consiguen llegar a alturas de hasta 20 metros. Con lo cual, el coste de contratación es muy ventajoso.
No obstante, cuando se trata de llegar a alturas superiores a los 20 metros, estas técnicas resulta insuficientes. En estos casos, los operarios suelen trabajar con grúas o góndolas para poder acceder a los pisos superiores y llevar a cabo una limpieza óptima de los cristales.
En situaciones más complejas en las que el acceso es complicado, puede recurrirse a las técnicas de descuelgue, usando cuerdas, arneses, puntos de sujeción y mosquetones. Es la más peligrosa para el operario, por lo que el profesional debe conocer perfectamente todas las tareas a realizar y contar con las medidas de seguridad necesarias para que no ocurra nada: descenso de emergencia, parada de emergencia, freno de emergencia, palpador, detector de sobrecarga y anclajes de seguridad.