La industria alimentaria
El protocolo y los procesos de limpieza y desinfección en la industria alimentaria están muy bien definidos. Se trata de uno de los sectores económicos más productivos en España, que engloba las empresas lácteas, cárnicas, panificadoras o de elaboración de pasta. Y es que una mala limpieza no solamente puede entrañar graves riesgos para los empleados y para los consumidores de los productos, sino también para la economía y la imagen de la empresa.
La normativa comunitaria 852/2004 de 29 de abril de 2004 sobre higiene de los productos alimenticios fija la obligación de dichas empresas de crear, aplicar y mantener un sistema de autocontrol basado en el Análisis de Peligros y Puntos de Control Crítico (APPCC). La higiene es uno de los aspectos clave, ya que de ello depende la calidad del producto. Lo que quiere decir que todos los equipos, utensilios e instalaciones que se usen para la producción deben estar en perfectas condiciones de limpieza. Además, el personal de limpieza debe conocer exactamente cuáles son sus funciones y cómo desempeñarlas de manera óptima, siendo siempre supervisados en última instancia por un responsable.
¿Cuál es el objetivo de efectuar una buena limpieza?
El objetivo es que, además de no haber suciedad, se desinfecten todos los elementos y superficies que se usen en el proceso para evitar la proliferación de los microorganismos que pueden contaminar los alimentos y deteriorarlos, de modo que no entrañen ningún riesgo para la salud de los consumidores.
Esto incluye superficies, pavimentos, paredes, campanas extractoras, cámaras frigoríficas, útiles de trabajo, maquinarias desmontables, lavadero y cubos de basura. Así como los despachos y oficinas, los ordenadores, impresoras y demás equipos que se utilicen. Y es que este tipo de equipos son manipulados por muchas personas y van acumulando grasas y microorganismos que deben ser eliminados.
Pero no sólo los microorganismos son un problema, sino también las plagas. Y es que cuando hay abundancia de alimento y éste es accesible, pueden producirse anidaciones e infestaciones. Por esta razón, tanto las instalaciones como las zonas que las rodean deben ser examinadas de manera periódica para detectar posibles infestaciones. Y si ocurriesen, combatirse inmediatamente para que no causen ningún prejuicio a la inocuidad y a la aptitud de los alimentos.
Por último, también deben tomarse las medidas que sean necesarias para la eliminación y almacenamiento de los desechos. Jamás deben mantenerse cerca de las zonas de almacenamiento y manipulación de los alimentos ni en los alrededores. Esto incluye el agua que se usa para el procesamiento de los alimentos y que puede contaminarse si pasa varios días estancada y sin ningún tipo de control. Además, los almacenes de residuos siempre deben estar limpios y vigilar la eficacia de los sistemas de saneamiento. Por ello hay que tomar muestras microbiológicas de vez en cuando para adaptarlos a posibles cambios de condiciones.
En Serlingo usamos productos y equipos de última tecnología para realizar los procesos de limpieza y desinfección en la industria alimentaria, aumentando así la rapidez, la calidad y la seguridad higiénica de las diferentes tareas. Y es que de nada sirve que todo parezca limpio si realmente no existe una buena higiene.
Gracias a ello, conseguimos que las instalaciones se mantengan limpias durante más tiempo, lo que supone un gran ahorro de materiales y una mejor conservación de los mismos.